Decirse del jazz supo ser cosa de guapos, sí. Y no en vano la palabra nos remite a su compañero de ¿desventuras? Más bien, de dificultades. Pues, aunque sin ser ciudadano porteño, el jazz compartió con el tango un camino agridulce hacia su catapulta y permanencia. Camínelo con nosotr@s.