Legui “a la cabeza”

FOTOTECA

Para tomar solo o después del postre. Con o sin hielo. Es sabor en los paladares y nostalgia en el corazón. Mucho más que un Licor…

El Caña Legui es un licor fino de industria nacional, fiel a los clásicos parámetros que caracterizan a esta clase de bebidas: dulzura, baja graduación alcohólica y un sabor obtenido a base de ingredientes naturales. Veamos entonces qué nos ofrece la fórmula del Legui: infusión de hierbas aromáticas, colorante, caramelo y sacarosa, entre otros componentes. 29.9° de alcohol. Fusión perfecta para esta bebida “oriunda” de la provincia de San Juan, obtenida de la caña de azúcar. Sin embargo, echando un “vistazo” a la etiqueta de su envase surge el interrogante que despertó la curiosidad del mundo entero: “¿Para qué le habrán puesto caballos?”.

Cruzando el charco

Desde luego, la respuesta era obvia para cualquier rioplatense: “Legui” es el apodo del jockey uruguayo Irineo Leguisamo, el amigo más íntimo de Carlos Gardel… y a quien rinde homenaje este licor 100% argentino. Leguisamo (1903-1987) nació en Arerunguá, Uruguay. Pero sus proezas las realizó en Argentina, donde se radicó desde muy joven. Claro que su encuentro con el “zorzal criollo” ocurrió antes de cruzar el charco hacia nuestro país. Allá por 1920, Irineo conoció a Carlitos Gardel en el hipódromo de Maroñas –situado en las afueras de Montevideo-. Y se dio inicio a una amistad que no tendría fin.

Tango “burrero”

Alzan las cintas; parten los tungos como saetas al viento veloz (…)
“¡Leguisamo sólo!…” gritan los nenes de la popular,
“¡Leguisamo sólo!…” repiten fuerte los de la oficial.
“¡Leguisamo sólo!…” ya está el puntero del Pulpo a la par,
“¡Leguisamo al trote!…” y el Pulpo cruza el disco triunfal.

Bajo la voz de Carlos Gardel, “Leguisamo sólo” se convirtió en un himno para los amantes del turf. Todo un homenaje a Irineo de parte de su compatriota, ese febril habitué del hipódromo que agitaba su garganta cada vez que “Legui” montaba sus caballos. Y, en su nombre, conseguiría insospechadas hazañas.

Legui viejo nomás…

El 13 de diciembre de 1931, en el Hipódromo de Palermo, ocurrió lo inimaginable. Sobre ocho carreras de caballos que se disputaron, un jockey ganó siete y salió segundo en la octava. Sí, hablamos de Irineo, considerado por los expertos el jinete más grande en toda la historia del turf. Irineo Leguisamo, el “Maestro”, el “Pulpo”, el “Eximio”, o el “Mono” -como lo llamaba su amigo Carlos Gardel-. Con el apodo que prefiera…imposible no dedicar un trago del dulzón Legui a su musa inspiradora. ¡Salud!