Pintada de verdes y colorados, bañada por sus “aguas grandes”, signada por el valor de jesuitas y guaraníes, reconocida por sus cultivos de yerba mate… Misiones es un mundo por descubrir.
La Misión
El nombre de la provincia, si bien recuerda a las misiones jesuíticas, se remonta a mucho tiempo antes, en la América aborigen. Provenientes del Amazonas, los guaraníes llegaron al territorio misionero hacia el año 1000. Durante más de 150 años integraron una experiencia de evangelización, comunión y socialización dirigida por sacerdotes de la Compañía de Jesús. Actualmente, las míticas ruinas jesuitas nos conducen hacia aquel pasado. Especialmente en San Ignacio, donde el deterioro que han sufrido es menor.
Tierra colorada
Retrocediendo en el tiempo, el período mesozoico fue protagonista de grandes erupciones volcánicas que “inundaron” el territorio misionero. Luego, las rocas resultantes de tal “oleada” comenzaron a descomponerse. ¿El resultado? Elementos tales como arcilla y sílice, cuyo óxido de hierro es responsable del característico suelo rojizo. Aunque todo no termina aquí. Este proceso geológico también determinó la formación de burbujas de oxígeno cristalizadas en piedras preciosas. Así es como en las Minas de Wanda se extraen cuarzos, amatistas y demás piedras de singular belleza. Y si de formaciones naturales hablamos, Misiones ofrece aún más.
Maravilla natural
Las Cataratas del Iguazú, que significan “aguas grandes” en lengua guaraní, no sólo son Patrimonio Natural de la Humanidad; sino una de las Nuevas Siete Maravillas Naturales del Mundo. ¿Cómo explicar tamaña obra de la naturaleza? A partir de una falla geológica ocurrida hace 200 mil años: la desembocadura del río Iguazú quedó entonces convertida en una abrupta cascada de 80 metros de altura. Uno pasa, se empapa, no le importa, el milagro del paisaje es tal que lo único que importa es estar delante de él.
Abriendo puertas
Misiones no es sólo naturaleza: un arco iris de culturas y etnias la hacen rica en tradiciones y costumbres. La ciudad de Oberá es Sede de la Fiesta Nacional del Inmigrante; donde trajes y comidas exóticas despiertan los vestigios latentes del extranjero. Provenientes de Europa y Oriente, los inmigrantes arribaron a principios del siglo XX. El camino de los pueblos inmigrantes también recorre las localidades de Apóstoles, Concepción de la Sierra, Santa Ana, Jardín América, El Dorado y Montecarlo, entre otros. Siempre con las infaltables plantaciones de yerba mate: todo un ícono misionero.
Y usted, parroquiano, ¿Ya conoce lo increíble de esta tierra colorada? Si aún no lo hizo, no puede perdérselo. Palabra de pulpero.