¡Mozo, un whisky por favor!

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El whisky es una bebida ardiente símbolo de masculinidad y suma de tradiciones.

Demasiado de algo es malo, pero demasiado de un buen whisky es apenas suficiente” Mark Twain, escritor. Así, como lo define el Mark , el whisky ha recorrido la historia de la humanidad generando pasiones, necesidades y tradiciones.

Gracias a una primera mención encontrada en Irlanda, se puede atribuir la creación del whisky a una fecha cercana al 1405 y ha sido desde ese momento una bebida infaltable dentro de cualquier bar doméstico que se precie de tal. Los whiskies más famosos y reconocidos son los escoceses aunque las marcas nacionales argentinas suelen dar pelea y son las más requeridas por los cotidianos whisky-bebedores.

Tradiciones aliadas al whisky

El whisky es una bebida que se obtiene por la destilación de la malta fermentada pero que luego tiene un período de envejecimiento en barriles de madera que tradicionalmente han sido de roble blanco. El alto contenido alcohólico de esta bebida hizo que en su origen se asociara especialmente con los hombres que, en calidad de patriarcas de los hogares se reunían con el objetivo de tratar asuntos que solo a ellos les atañían y dice la historia que esas reuniones se realizaban en torno a una copa de whisky y en habitaciones especialmente organizados frente a los típicos bares de madera. Lo cierto es que hoy quedan vestigios de esos encuentros en casas acondicionadas como museos acá en Buenos Aires, como por ejemplo la de Juan Carlos Castagnino ubicada en Mar del Plata, donde aún se conserva el espacio en que estos encuentros masculinos tenían lugar.

El whisky y sus recovecos

Refugio de tristezas, y emblema de alegrías, el whisky es siempre un compañero de quienes busquen un fuego interno que les dé satisfacción. Decía Bernard Shaw, escritor irlandés ganador de un premio Novel, que “el whisky es sol líquido” porque quema, destella e ilumina a quienes permiten que ese ardiente brebaje roce los conductos de su cuerpo.

No hay bar que pueda llamarse así si ante el pedido de “un on the rocks”, no trae un whisky con hielo tintineante a quien está buscando dejarse abrazar por él.