Con la mezcla de carne picada, hígado y grasa se puede crear una crema para untar a la que se llama Paté. Con la adición de verduras, vino, hierbas o especias se pueden lograr variedades de las más diversas y atractivas que, en Argentina, servirán sin dudarlo para la típica picadita entre amigos.
¿Comida o tentempié?
El paté tal como se lo conoce en Argentina es, en general, el complemento para tostadas, el relleno para canapés o el típico untable para los pancitos pequeños que se denominan “Chips” (al menos en Buenos Aires). Sin embargo, trascendiendo la nacionalidad argentina, el paté es vehículo de grandes manjares porque se cocina adentro de panes, o se forman especie de panes con esos compuestos que podrán fraccionarse en porciones.
No solo de carne vive el paté
Aunque la tradicional receta del paté es la que se compone con la mezcla de carne e hígado, hay otras formas que se pueden llevar a cabo, por ejemplo, para vegetarianos. El paté también puede hacerse con hígado de pollo, con quesos, con jamón de cerdo y bajo ese sistema de mezcla y congregado de alimentos se puede incursionar en las variedades más diversas. La clave es ese sistema de ensamblaje que brinda entre los ingredientes una mezcla sustentable pero con capacidad de untado. Uno de los elementos infaltables para cualquiera de las recetas será la gelatina sin sabor gracias a la cual el paté cobrará cuerpo.
Digno de comerse en lata
El paté es una de las conservas más codiciadas en lata puesto que tiene altos períodos de duración y es una manera de tener proteínas guardadas en la alacena. Es una de las primeras opciones cuando se piensa en alimentos para un viaje y seguramente el paté en lata será el compañero estable de quienes hagan montañismo.
¡Alimento digno de probarse! ¿Te hago una tostadita con paté?
