Bien al sur de la República Argentina se sitúa esta provincia que es una y tres al mismo tiempo. Fue en el año 1991 en que estas tres regiones que son Tierra del fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur alcanzaron la categoría de provincia ya que hasta el momento eran reconocidos como Territorio Nacional.
Tierra del Fuego: su nacimiento
En medio de la neblina del amanecer, hace algún tiempo atrás, comenzaron a divisarse fogatas que los primeros nativos habrían de realizar, tal vez, como modo de subsistencia frente al frío. Así, se cree que en base a este mítico entorno es que se le dió el nombre de Tierra del Fuego. Pocos pobladores fueron los que en su origen dieron base a esta ciudad que hoy se ve refulgente de gente que acude para disfrutar de los paisajes de naturaleza virgen. Tierra del Fuego ofrece emoción, aventura, leyendas y parte de historia. Con los míticos faros se puede ingresar también a ese mundo por momentos insondable que brindan las profundidades del océano. Las aguas son marco de esta provincia que tiene la naturaleza a viva voz. Los paisajes de Tierra del Fuego conjugan verde, celeste y una claridad que por momentos parece pintada al óleo.
La Antártida y su blanco permanente
Llegar a Antártida no es fácil y cuando se arriba el panorama parece desolador. Así cuentan quienes tal vez, montados en el rompehielos Almirante Irizar, llegaron algún día con fines científicos. Desde el punto de vista turístico, Antártida se puede visitar entre fines de octubre y marzo. Desde el puerto de Ushuaia suelen zarpar cruceros y en menor medida veleros que deciden hacer esta travesía de alcanzar el continente blanco.
La naturaleza más pura se encuentra en el vértice del mapa donde todo es una foto, una postal, un recuerdo que queda plasmado mientras energiza y brinda los más puros vínculos de libertad.