Si tras un duro invierno procura usted que no le falte el pan, este 01 de octubre haga marchar un yopará. Calentito y suculento, pura abundancia le traerá. Siga la tradición guaraní, y no se arrepentirá…
El gran señor
Cuando el frío emprende su retirada, y la tierra luce cual desierto, he aquí el problema en cuestión. Claro que, para los guaraníes, todo tenía su por qué. Bien veían ellos que, cuando los lapachos comenzaban a florecer, ya no quedaban frutos por recoger. El invierno había pasado con toda su furia, los animales estaban flacos y un largo trecho restaba aún para cosechar la siembra apenas iniciada. El maíz, la mandioca, la batata y demás frutos de la tierra escaseaban más de lo que sobraban, pues las reservas también eran exiguas. ¿Entonces? ¡Todo era obra del señor octubre! Todo era obra del Karaí, a quien le dieron de su propia medicina.
No pasarás
Representado por la figura de un duende, el Karaí octubre no tenía piedad ante las carencias. De allí que, el primer día del mes, y a sabiendas de la ingrata época transcurrida, deambulaba por las casas dispuesto a instalarse en las más pobres. El hecho era que, lejos de proveer ayuda alguna, su presencia traería más pobreza aún. ¡A su juego lo llamaban! Así pues, no quedaba otra que jugar… Si de espantar al Karaí se trataba, nada mejor que aguar sus expectativas. Dicho en criollo, “si hay miseria, que no se note”. Por lo que bienvenido era el suculento Yopará.
Yopará para todos
¿Y de qué iba este plato? Todo cuanto se tuviera el alcance era bienvenido a la cacerola. ¡Y cómo no! ¿Acaso era preferible un año entero de pobreza? De ningún modo, por lo que había que hacerse de la mayor cantidad de alimentos posibles para la época. Originalmente, el yopará se preparaba con carne seca, mandioca y batata, caso las hubiera. Pero, sin dudas, sus ingredientes fundamentales eran los porotos y el maíz; así como en la receta que aquí le compartimos.
Tome nota…
- ½ kilo de porotos negros
- ½ kilo de porotos colorados
- ½ kilo de maíz blanco
- ½ kilo de zapallo trozado
- 2 cebollas picadas
- ½ taza de cebolla de verdeo picada
- 1 cucharada de aceite
- 1 cucharadita de orégano
- Sal a gusto
Ponga a remojar el maíz y los porotos durante cuatro horas, en recipientes separados, y, acto seguido, hiérvalos sin sal. Una vez listos, reserve.
Fría la cebolla picada en aceite. Agregue los trozos de zapallo, el maíz y los porotos con las respectivas aguas de cocción. Finalmente, incorpore la cebolla de verdeo y condimente.
¿Algo más? Sí, invite a los suyos y sirva los platos a tope. No vaya a ser que al Karaí le den ganas de quedarse… Coma a sus anchas, ¡y prepárese para agrandar sus arcas!