Su nombre es pura musicalidad. Su paladeo, un viaje a la infancia, a manos de abuela puestas al servicio del antojo de turno…Generaciones aparte, ¿quién no ha saboreado alguna vez, y melodía mediante, el tradicional arroz con leche? Claro que la pregunta engendra otro interrogante… ¿A qué tiempos nos remonta esta receta de antaño? Al mismísimo siglo XIX, a los albores de la Revolución de Mayo y sus aires coloniales; más también a sus característicos sabores, esos que, por sobre todas las cosas, remitían a un ingrediente básico: la leche.
Parientes cercanas
Asidua concurrente de tazones, la leche también supo de cacerolas, pues su presencia era una contante a la hora de los dulces. Ya fuera asada, en un primitivo intento de flan, o en compañía del arroz, ésta nunca faltaba en la mesa diaria. Y bien poco le ha costado a la criolla sociedad porteña adquirir tal hábito. Ocurre que la aborigen mazamorra resultó ser una buena compinche de foráneo arroz con leche. No sólo ambos recurrían al tan preciado fluido vacuno; sino que, para mayores coincidencias, podían consumirse fríos o tibios, ya fuera durante el desayuno, el almuerzo, por las noches, o como postre. Así la historia, el arroz con leche ancló fuerte en la Buenos Aires colonial, y lo haría para ya no marcharse.
Desde altamar
El arroz con leche llegó a América de la mano de los conquistadores, sí, pero poco y nada la ha costado obtener su carta de ciudadanía, aquella que lo habilitara a percudirse en los recetarios nacionales. Desde México hasta Argentina, su existencia es hoy un clásico de clásicos en el continente americano, aunque sus raíces tampoco se hallan en la península ibérica. ¿Fue España el conquistador conquistado? Sí, pues el arroz con leche ha sido en aquellas tierras una herencia árabe. ¿Y qué hay de la famosa canción? También llegó aquí de la mano de los españoles; aunque su origen es incierto.
Arroz con leche, me quiero casar, / con una señorita de San Nicolás / Que sepa coser, que sepa bordar, / que sepa abrir la puerta para ir a jugar…
Indiscutida integrante del cancionero anónimo popular, se cree que La viudita del conde Laurel, más conocida como “Arroz con leche”, es de origen francés, y que su nacimiento data del siglo XIV, tiempos en los que ya era cantada por niños que giraban en ronda.
Manos a la olla
Para suerte de sus adeptos, cierto es que, amén de la intriga musical, la receta del arroz con leche no es ningún misterio. Si bien no hay un modo único de prepararlo, ya que los ingredientes pueden variar por gusto, la base no se discute: arroz, leche, azúcar, cáscara del limón o naranja, y canela en rama o en polvo. Tome nota, nomás…
- 200 gr de arroz
- 1250 cm3 de leche
- 120 gr de azúcar
- 1 ramita de canela
- Cáscara de 1y ½ naranja
- Esencia de vainilla
- Chocolate rallado
Antes de comenzar, lave el arroz en agua fría para quitarle el almidón. Con una sola enjuagada será suficiente. Acto seguido, vuelque el arroz en una cacerola con la leche. Incorpore la canela y la cáscara de naranja o limón. Lleve a fuego medio. A los 30 minutos, agregue el azúcar. Cocine por 15 minutos más y retire. Agregue esencia de vainilla a gusto y revuelva. Sirva con chocolate rallado o, nuevamente, con canela molida.
¿Frío o tibio? Eso es al gusto de la casa. ¿Y usted, ya probó el de la nuestra? Dese una vuelta por la Pulpería Quilapán, donde el arroz con leche se sirve para empachar…