De boliche en boliche
¿A dónde vamos cuando vamos al boliche? Si lo invitan, por las dudas, asegúrese de reconfirmar el destino. No vaya
Somos fanáticos de la argentina, de sus bailes, de sus juguetes, de sus historias. Viajamos en el tiempo y las revivimos. ¡Vení con nosotros!
¿A dónde vamos cuando vamos al boliche? Si lo invitan, por las dudas, asegúrese de reconfirmar el destino. No vaya
¿Sabe usted, paisano amigo, que año transcurre por estos días? Disculpe el, tal vez, absurdo interrogante. Pero se trata de
¿Se acuerda, usted, compatriota o forastero, de la Argentina de los cinco presidentes en una semana? Pues bien, a ese
Para los gauchos asadores de ley, para quienes se las rebuscan con una módica parrillita “balconera”, y hasta para quienes
Tupido, incipiente, mostacho… ¿Acompañado por alguna nutrida barba, tal vez? ¿Un par de rudas patillas? Por qué no en solitario:
Crecía, y de lo lindo, la ciudad, allá por los años ’20. Los arrabales dejaban ya de ser aquellos lejanos
Entre el calendario agrícola y los tiempos de cuaresma, entre la Pachamama y la fe en Jesús. Coplas, baile, serpentinas
¿Pato o fútbol? Parece que ninguno de los dos. A juzgar por la cantidad de almas expectantes de una definición,
Las luces se encienden y los concurrentes calientan motores; hasta que, por fin, la música llama a comenzar la función.
¿Te acordás, hermano, qué tiempos aquellos? Cuántas veces habremos citado las palabras de don Francisco Canaro y su tango Tiempos
Pues como bien despabilados hay que votar, las copas vacías deben de estar, y más de una garganta seca habrá
Brindis, toast, brindisi o, simplemente, chin-chin. En el idioma que prefiera, definido por la onomatopeya que guste. Lo cierto es
pulpería Quilapán – Defensa 1344, Casco Historico, San Telmo 1143, Buenos Aires.