
Mar del Plata palaciega: como castillo de arena
Que nuestra Buenos Aires querida supo arder de fiebre parisina, se lo hemos contado ya. Que, con no menos ínfulas
Curiosidades porteñas, construcciones antiguas y cimientos restaurados… nos intriga cada partecita de la ciudad y el campo.
Que nuestra Buenos Aires querida supo arder de fiebre parisina, se lo hemos contado ya. Que, con no menos ínfulas
A la pulpería San Gervasio no le faltan, como se dice, cinco para el peso. Pero apenas un cuarto de
Arquitecta, urbanista, brutalista… A Ítala Fulvia Villa no le faltó nada. O sí: ser mujer, que para aquellos tiempos suyos
La Morocha abrió sus puertas en las intersecciones de la calle Mercedes y la Av. Avellaneda el 13 de Diciembre
Las olas y el viento, sucundún, sucundún… ¿y el frío de del río? Vea usted, la historia nos lleva a
Albergue del primer casino del país, el Tigre club sí que dio que hablar. Diversión y lujos a todo dar pa’ a la aristocracia contentar.
Cuando el verano hacía furor al norte bonaerense, el Tigre hotel estuvo a la altura… y a la orilla. Pase y recuerde a este gigante de lujo.
Cabaret del largo aliento en la noches porteñas, el Marabú fue templo de tango y diversión. ¡De conocerlo no deje pasar la ocasión!
De Almagro a barracas, el mercado de las flores reverdece en su eterna juventud. La de la primavera que siempre es. No deje de conocerlo.
Desde la Casa Museo del Carpintero Ribera, la Isla Maciel vuelve a la fuente: la orilla que dibujó su historia. Pase y mójese los pies.
Hospedaje de lujo en la Buenos Aires de principios de siglo XIX, el hotel Faunch fue pura distinción inglesa a orillas rioplatenses.
Mataderos ardía de fiebre industrial y el barrio de Naón puso paños fríos. ¿Cómo? A pura tranquilidad y verde doquier. Pase y descubra.
pulpería Quilapán – Defensa 1344, Casco Historico, San Telmo 1143, Buenos Aires.