Guacamayo rojo, alto en el cielo
Dos generaciones humanas son precisas para unir el último y primer nuevo vuelo de guacamayo rojo por los cielos argentinos.
Dos generaciones humanas son precisas para unir el último y primer nuevo vuelo de guacamayo rojo por los cielos argentinos.
Ya lo había dicho su racional vecino, el Safico: no más ornamentaciones. Casi que marcando el paso de la época,
Nada de volutas ni balaustradas. Mucho menos mansardas o almohadillados. En tiempos en que el utilitarismo Le Corbusiano arribaba a
“La Administración de Correos previene al público que desde la publicación del presente aviso no se admitirán cartas para el
Más de uno habrá de confundirla con una tableta de chocolate o dulce de leche. Y lo cierto es que,
Oriundo de México y Centroamérica, el fruto de Mamón o Papaya, como guste usted llamarlo, supo descender posiciones en el
Teatro, hotel, confitería y locales comerciales. Inmejorable combo para una Buenos Aires que comenzaba a erigirse como una ciudad mayúscula.
Mandioca, yuca, Tapioca, Cassava o Manioc. Como prefiera usted llamarla, en cualquiera de sus acepciones. A fin de cuentas, los
¿Pasamos lista? Corrientes, Misiones, Chaco, Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca. Sí, nutrida asistencia de provincias en lo que a producción
Pa’ usted, yerbatero de ley, incondicional amigo del termo, estoico cebador de amargos aún en tiempos de ardiente sensación térmica.
“Un café, maestro” ¿Cuántas veces habremos oído esta frase entre las cuatro paredes de un bar, una confitería o -valga
“No soy de aquí ni soy de allá”, entonaba Facundo Cabral. Y bien que le cabe aquello a nuestra protagonista
pulpería Quilapán – Defensa 1344, Casco Historico, San Telmo 1143, Buenos Aires.